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Tengo un problema

Tengo un problema... Tengo un problema... No quiero que te vayas. Quiero verte cada mañana, Darte los buenos días y besarte. Cumplir con el tedioso horario laboral, Llegar a casa, Verte leer El amor en tiempos de cólera, Y sonreír idiotisado. Besarte y preguntarte  ¿Que tal la lectura? Y tú decirme que es lo mejor que has leído, A excepción de mis poemas. Tengo un problema... No quiero que te vayas Quiero seguir este breve verso Que quiere conseguir tu atención. Que va y viene Cruza la sala, el comedor, la cocina Y me susurra que sigo teniendo un problema. Y lo sé... Y Quiero tenerte, Y Quiero tocarte, Y no quiero que te vayas.

Negación

Negación  Se equivocó el tiempo y las circunstancias, se equivocaron unos sentimientos que solo querían manifestarse  y se colaron por las fisuras de un ser roto.  Yo no me equivoqué.  Lo hizo la lluvia que se posó sobre mí para camuflar estás lágrimas perennes que llevo conmigo y que nadie ha podido secar. Se equivocaron mis fuerzas Al tomar la dirección equivocada, Poner allí todo el valor y el coraje Para luchar por alguien que no lo hizo por mí. Se equivocaron las dudas Que creyeron tener respuestas  A toda esta joda de sentirte vulnerable, Seguro y feliz ante alguien que no lo es. No, yo no me equivoqué amigo, Lo hizo las ilusiones de querer volver amar, De cambiar las reglas del juego Mientras jugaba en mi contra sin saber. Se equivocaron los pensamientos nocturnos, Que te hacían llegar a mí Y está brisa invernal que añora tu cuerpo  Para compartir tu calor. Se equivocaron mis manos al tocarte, Mis labios, al besarte Con toda la pasión que se acumula Por la falta de recibir los m

Sigo aquí

Yo sigo aquí Arrastrando un fantasma, Que ni me habla, ni me toca,  Cómo si su solo existir sabe que es suficiente para martirizar mi existencia. Lo alimento con mi incapacidad de renunciar, De reproducir recuerdos al querer domir, Al simular conversaciones que no serán, Al transitar entre mis deseos y su desprecio. Yo sigo aquí Entre huellas indebles clavadas En un alma hueca, rota y desgastada... Entre alcohol y unas hojas en blanco, Que por más que escriba no se llenan. No se llenan... Y el dolor no se va... Sus besos no se van... Tu no te vas... Yo me he querido ir... Pero después ¿quien te querrá?

Déjame sentir

Déjame sentir esto... Este sabor amargo de la falta de su calor, de su risa, de su voz,. Déjame sentir como se me va la vida cada vez que respiro y no se me llena con su olor mis pulmones. Cómo en mi memoria va desapareciendo su figura y tengo que recurrir a aquellas fotos... sobre todo esa foto de nuestra primera cita, a las tres de la mañana, donde nos vemos de frente, donde tú sonrisa era todo lo que necesitaba en esos días y tus ojos eran el guía que necesitaba sujetar en esta vida tan gris, tan fatalista, tan sin sentido. Déjame sentir todo esto. Que es la esencia de cada ser humano, las de muy pocos, amar y ser correspondido. Las de muchos de nosotros... amar y llenarnos de lamentos por no tener al lado la persona amada. Déjame sentir como el tiempo se agota en mi piel, mientras dibuja arrugas en mi rostro, en mi alma, en mi voz. Cómo mi castillo de sueños construidos entre los muchos abrazos y los muchos besos se va haciendo polvo, mientras voy fusionandome con mis penas y melan

Utopía

Sigo queriendo materializar Sueños imposibles... Cómo que estás aquí, preparo café, Me abrazas por la espalda y me besas el cuello.  Tomamos una ducha juntos, Inventamos una excusa para no ir al trabajo, Y nos pasamos el día en cama Contándonos chistes y anécdotas. A veces vemos una película, A veces hacemos el amor, A veces solo contemplo que estás aquí Y no allí, dónde ya no te puedo tocar. Sigo queriendo materializar Sueños imposibles... Cómo que nos mojamos bajo la lluvia, Y en vez de correr nos abrazamos allí. Algo tan simple como tomar tu mano, Caminar por las calles del Conde, Robar miradas de los que solo sueñan Con un amor como el nuestro. Tengo que dejar de querer Materializar sueños imposibles... Pues ya es imposible Que te vuelva a ver... A.J de la Cruz

El mañana

Mañana... Todos hablan de mañana. Y el mañana es una ilusión que no sabemos con certeza si vendrá, si nos espera o si nos encontramos en una esquina a media noche, vestido de negro, fumando un cigarrillo y silvando una melodía tan antigua como ayer, cómo hoy, cómo ahora. Mañana es la promesa de que todo, absolutamente todo será mejor que hoy. Mañana es nuestros hijos cumpliendo los sueños que hoy no podemos. Es la mano que se extiende hacia nosotros, que cuando nos alcanza hay otras manos, y otras manos, y otras, y otras, y muchas otras más. Mañana es el golpe de suerte para los que podemos abrirnos paso en el día a día. Es el telón que sube en este teatro cotidiano mostrándonos tragicomedias, otras veces drama, otras veces comedia, y otras muchas veces nos escupe la verdad que se nos hace difícil de digerir. Entonces, el mañana se vuelve un villano que nos tortura, nos desnuda, nos hace hacer cosas impensables para poder sobrevivir a él y encontrarnos nuevamente, en aquella esquina, a

Culpable

Fui yo el de las últimas palabras Y las últimas canciones dedicadas, quien quiso permanecer a pesar que la vida me pateaba. Quien sostuvo tu mano agarrada Para que no te fueras, Quien te tiene a diario presente Y sin plan de contingencias. El que recorrió por mil ideas Para mantenerte aquí a mi lado, Pero los caminos serían más espinosos Y hoy es el pesar que exclamo. Quien tiene besos pendientes por dar En cada rincón de tu piel, Y sigue escribiendo versos  Que lees y no vas a responder. A.J de la Cruz