Dos poemas después
Tengo unos versos de repuestos Para esos días lluviosos, para no sentirme tan solo y continuar en este macabro juego. Las dos heridas de mi espaldas Ya casi son cicatrices, mientras aún me muevo entre matices, Poco honor y poca charla. Me convertí en ahorrador de palabras, de acciones y pensamientos, Pues al parecer ser sincero es de necios Y más aún cuando el corazón del otro calla. Las batallas internas se acumulan en un rincón sucio y polvoriento, mientras aún sigo descubriendo lo que futuros poemas me susurran. A.J de la Cruz