Pertenencias

Tengo un sueño
Escondido en algún lugar,
Una olvidada meta
Que quiero algún día lograr.

Una agria voz
Arrugada de tanto callar,
Una extraña razón
Por este deseo de escribir sin cesar.

Tengo olvidos
Ordenados por secciones,
Un corazón primitivo
Que se emborracha de dolores.

Un alma enjaulada
Por recuerdos del ayer,
Una daga clavada en la espalda
Que aun no logro extraer.

Tengo un cuerpo
Intoxicado de llantos,
Un poema de Neruda en el cajón
Con el cual me relajo.

Tengo una luz
Que oscurece mí alrededor,
Una vieja cruz
Que cada año pesa más que el anterior.

Una ignorancia
Bendecida por mi orgullo,
Unas palabras de alguien memorizadas
Que convierten cualquier día en luto.

Tengo unos tenis Converses
Que no aguantan ya mi peso,
Un silencio
Que se torna desesperantemente extremo.

Tengo un cuento
Sin un final feliz,
Un monumento
Que glorifica mi cansado camino a seguir.

Una princesa
Que todos le han hecho el amor,
Una pequeña estrella
Que sale junto con el sol.

Tengo un despecho
Guardado de reservas,
Unos enojos
Que se acumularon con mis tristezas.

Tengo una rutina
Que no cumplo paso por paso,
Unas torpes caricias
Que no cumple sus contratos.

Frases de artistas
Que siempre las tengo presente,
Una culpa que no es mía
Pero que la he visto crecer sin suerte.

Tengo una desdicha
Que nunca se ausenta,
Una felicidad sin disciplina
Que hace lo que quiera.

Tengo unas ganas
Que duermen hasta tarde,
Una esperanza
Que se desmaya con vergonzoso arte.

Tengo fuerzas
Mal gastadas con frecuencia,
Y una medalla oxidada que cuelga
Donde ni si quiera yo puedo verla